Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Instrucciones para mirar un Toro de Osborne


El año pasado leíamos en la prensa que el famoso Toro de Osborne cumplía 50 años. El invento surgió en 1956 como un encargo de la empresa gaditana Osborne al diseñador Manolo Prieto para darle al brandy Veterano una imagen viril y española.

Luego, ya se sabe: de reclamo comercial a icono cultural pasando por obra de arte y, últimamente, símbolo político. En 1988 el gobierno español prohibió la publicidad en los márgenes de las carreteras (por aquello de las distracciones); el Toro de Osborne no dejaba de ser un anuncio, pero hubo iniciativas, campañas, recogidas de firmas… hasta que en 1997 el morlaco fue definitivamente indultado y reconocida su valía como obra artística y parte del patrimonio cultural español.

Parece que lo anterior supuso la carta blanca para hacerle de todo al pobre torito: lo plantaron en mitad de la bandera rojigualda, lo vistieron diseñadores como Victorio & Lucchino, los radicales catalanes lo derribaron una y otra vez (hasta acabar, este año, con el último que quedaba en Cataluña). En toda España quedan noventa Toros de Osborne, veintidós de ellos en Andalucía. En Extremadura quedan cinco, y en 2005 un joven artista, Javier Figueredo, tuneó el de Casar de Cáceres (pueblo famoso por la torta del Casar y su museo del queso) añadiéndole unas ubres y unas manchas blancas. Había nacido “la Vaca de Osborne” (aunque al pavo le cayó una condena por “deslucimiento de bienes inmuebles”).

Cuando estuve viviendo en los Estados Unidos, yo también tenía una bandera española con el torito de Osborne decorando una pared. Fui a una universidad del Sur que como contrapartida también manda a estudiantes a mi ciudad. Hace unas semanas me pasaron el texto de un blog (lo siento, no tengo el link) escrito por una alumna de aquella universidad, narrando toda su experiencia española, que tuvo lugar durante el curso 2006-2007. En cierta ocasión, Jennifer K (la narradora del blog), comenta aspectos del paisaje en un viaje entre Sevilla y Córdoba, y dice lo siguiente (traduzco):

“Lo más chulo que vi fueron unas siluetas de toros negros absolutamente gigantescas que estaban colocadas al azar en lo alto de las mini-montañas. No tengo ni idea de qué estaban hechas, pero era impactante ver un objeto tan moderno en ese campo de aspecto tan antiguo.”

De esta descripción me interesa su inocencia, la mirada curiosa sin contaminar, en una especie de Tesis de Nancy de no ficción. Si, como decían los formalistas rusos, “la finalidad del arte es dar una sensación de las cosas tal y como se perciben, no tal y como se conocen”, me quito el sombrero ante Jennifer y su uso del “extrañamiento”. La Tesis de Jennifer.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Y otra cosa importante es ver cómo, desde el desconocimiento, se perciban objetos vetustos como elementos de art-decó, que modernizan el paisaje agreste de este país. El caso es que si eso lo hubiese diseñado Warhol, España sería famoso por eso...

GRILLO SOLITARIO dijo...

AÚN RECUERDO UNA GRAN PELÍCULA JAPONESA DE ANIMACIÓN QUE VI EN EL FESTIVAL DE SEVILLA HACE UNOS AÑOS: NASU: SUMMER IN ANDALUSIA. SI PODÉIS, BAJÁOSLA. TRATA DE UN CICLISTA (PEPE) QUE CORRE LA VUELTA A ESPAÑA, Y EN PARTICULAR DE UNA ETAPA POR ANDALUCÍA. MIRAD ESTA CURIOSA ESCENA ,A PARTIR DEL MINUTO 2'30"

Porerror dijo...

Bue-ní-si-mo, grillo! Lo mejor: Hernández, con esas gafas cósmicas que le habrá dado la Junta por lo de la Segunda Modernización. Una duda: Indurain corría en el equipo "Onesto", no? ¡Saludemos a Andalucía jincándonos una botellita de tinto antes de conducir!

GRILLO SOLITARIO dijo...

JAJA. NO SÓLO ESO. SI TE FIJAS, TODO, SALVO EL EQUIPO DE PEPE (CERVEZAS PAO PAO) ES "IDÉNTICO" A LA VUELTA A ESPAÑA. ¡¡HASTA LOS PRESENTADORES!!

Y DE HERNÁNDEZ, NO TE DIGO UNA FRASE SUYA DEL PRINCIPIO, PORQUE TIENES QUE VERLA TÚ :- >>
POR CIERTO, EL 43 QUE MARCA EL DISPOSITIVO DIGITAL DE PEPE ES LA TEMPERATURA, JEJE

 
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