Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

lunes, 14 de abril de 2008

Oda a la croqueta


Hoy os traigo un tema que espero no dejará impasible a ninguna persona con alma (y con estómago). Os lo traigo calentito como una buena fuente de croquetas.

Hablemos de cosas serias, las croquetas se dividen en dos tipos solamente: las buenas y las malas. Todo lo demás es tontería. Por supuesto que la clasificación es arbitraria y que cada uno sabe o sabrá cuáles caen en qué bando. Las conocemos de jamón, de puchero, de cocido, de espinacas, de patata, de roquefort, de pescado, y esas que hacía mi abuela cuando la pobre se quedaba sin carnaca: con bechamel solo. También están trillones de variantes nuevas surgidas al calor de los fogones de la Nueva Cocina. Serán de escamas de esturión, de regaliz o de esperma de cisne, pero para mí si saben ricas, son buenas croquetas.

Vaya por delante que yo esta palabra la pronuncio cocreta –aun en los círculos más finos-, que me gusta más, y que ahora estoy haciendo un enorme esfuerzo para escribirla aquí correctamente. En francés se llaman croquette y en inglés (o sea, en francés) también croquette. En Holanda son inmensamente populares, tanto que ciertos establecimientos de comida rápida las dispensan en máquinas como el tabaco.

Todo esto lo cuento para atestiguar su universalidad y su vigencia en nuestros paladares. La croqueta se aprende en casa, como la lengua materna o los primeros modales. Momentos de carestía estudiantil o soltería nos empujan a la bolsa ultracongelada de Findus o similar (que tire la primera piedra…), pero siempre tendemos a las caseras, cual asíntotas croquetiles.

Saber hacerlas es una suerte, los que hacen buenas croquetas las pregonan orgullosas. Hoy mismo me ha dicho una compi en el trabajo “Pues a mí me salen estupendas”. Eso hay que demostrarlo, amiga. Parecen un plato absurdo o poco elaborado, a menudo caen en el reino de las tapas o de los aperitivos previos: ¡craso error! Comer tapas de croquetas es fantástico pero desterrarlas del menú se considera un pecado de lesa bechamel.

Las de mi madre -por descontado- son las mejores, pero yo, como joven moderno y autosuficiente, aspiro a dominar su técnica algún día. Las he probado muy buenas en distintos bares, también las he comido malas en otros. Durante la pasada semana ha dado la casualidad de que las he probado de varias clases en diferentes sitios, y en uno de ellos debo decir que eran de las mejores que había tenido la suerte de zampar en años.

Las buenas croquetas (por crear un poco de polémica, que sé que os gusta) son las firmes, crujientes, calentitas, consistentes sin ser apelmazadas… y estoy hablando solo de la textura. Las malas croquetas son las mal liadas, mal fritas, aceitosas, chuchurrías, tristes… ¡la croqueta tiene que ser alegre, pardiez!

He visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar bandejas humeantes después de una boda. He visto croquetas dorarse en la oscuridad cerca de la Portada de Feria. Todas esas tapas se perderán en el tiempo como aceite en la freidora. Es hora de comer…

17 comentarios:

Anónimo dijo...

si andas por madrid ve a Casa Julio en la calle madera.. no te arrepentirás.

Anónimo dijo...

Mmm, que pinta tienen las croquetillas que nos has puesto en la foto Porerror...Me encantan todas, las de cocido, serranas, de cabrales...
La creación croquetera es un arte en sí!

Fran G. Matute dijo...

Creo que es el momento de que cada uno aporte su granito de arena y cuente dónde las ha comido más ricas.

!Yo voto por Casa Ovidio¡

Seño Ana dijo...

Porerror dijo: "Hoy mismo me ha dicho una compi en el trabajo “Pues a mí me salen estupendas”. Eso hay que demostrarlo, amiga."

Cuando y donde quieras, je,je,je.

Anónimo dijo...

Me acuerdo de otra acepción de "croqueta" que utilizamos los colegas. La croqueta era la jugada que hacía un amigo jugando al fútbol; creo que era el peor jugador de la historia, pero a veces le salía algo bueno, por casualidad. Eso era una croqueta. Por extensión, se aplica a cualquier cosa que te salga de coña, pero bien. De esta misma forma, mi colega se sacó entera la carrera de Geografía.
En Mairena te llevo a un sitio de vinos donde ponen una variante (no las llaman croquetas) muy buenas. Siempre he amado las croquetas. Migue.

Anónimo dijo...

Os recomiendo las de la bodega "Pepe Girón" o las de la "Bodega Simeón" en Bormujos...insuperables, bueno si, por las de mi madre...jeje.

un beso fuerte...por cierto...

"...no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo..."

Anónimo dijo...

PA CROQUETAS LAS DE MI ABUELA....

EN UNA COSA ESTAREMOS TODOS DE ACUERDO;LAS CROQUETAS SE COMEN CON LOS DEDOS...EL TENEDOR PA LAS EMPANADILLAS

Anónimo dijo...

BASTA DE BLASFEMIAS!!!!! Las empanadillas también se comen con los dedos. La única diferencia con la cocreta reside en la forma de la boca, que al comer una cocreta caliente debe ser en forma de O (con cuidadin de no quemarse la lengua) y en la empanadilla con forma de sonrisa para no quemarse la comisura de los labios.

Ah! Y el dedito meñique SIEMPRE hacia arriba

Anónimo dijo...

Hay que ver cuánto se puede sacar al tema en cuestión. ¡Esto es arte y lo demás tontería!
Que mejor tema de conversación que el "papeo". Lo pienso y se me hace la boca agua. Eso sí, crujientitas, doraditas con un buen aceite virgen de oliva, jugositas y los ingredientes de calidad y el toque mágico de las mamas, agüelas, etc.., ese ingrediente no se sirven en ningún restaurante, aunque sea de 5 tenedores.

Por fin me he animado a entrar en el club, me encanta tu blog, tanto como las "cocletas", que tan bien se pueden degustar de esta guisa.

Besos encroquetados.

Ralip

Karmen dijo...

Durante la última reunión de mi familia, en Semana Santa, además de la consabida carnaca, hubo "cocretas": 200 en total... Os digo que no duraron ni 20 minutos. ;-)

El Perro Lunar dijo...

¡¡Claro que sí, croquetas!! Sin duda, una de las razones por las que aterrozo tanto en España.

P.D.: Me alegro de que, aunque con retraso, mis chicos te hayan conquistado.

Karmen dijo...

¡Nos han conquistado a todos! ;-)

Susu dijo...

Ñam, ñam.

Os recomiendo encarecidamente las croquetas de morcilla de Burgos.


Asíntotas croquetiles... ¡qué bueno!

Anónimo dijo...

Se te ha olvidado la croqueta en la salsa, que no en salsa.Con una buena "gachí".Te asaguro que te gusta más que cualquiera de las de la fotografía.

Anónimo dijo...

O como tu amigo Pablo "el cocreta", que cuandose ponía borrachín en los conciertos, se revolcaba por el albero a "todo meter".

Anónimo dijo...

Doy fé de lo que dice Migue. La croqueta es el arte de hacer algo maravilloso pero que te salga de autentica coña.

A parte de eso, las mejores croquetas que he comido (eran como una pelota de tenis) fueron en un bar de origen gallego en Madrid, llamado MELOS Os lo recomiendo encarecidamente. La otra especialidad de la casa es la tostá con lacón y queso...uff que rico...

Pues eso, que a ver si me sale la croqueta en las opos..
El Nota.

Anónimo dijo...

Croquetas las que voy yo a echar de menos el año que viene, las de mi madre, vamos...aunque siempre quedan los tupper, no? Sab.

 
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