Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

domingo, 31 de agosto de 2008

Meryl mola


Hace unos diítas que el buen Migue soltó en un comentario una cosa en la que tengo que darle la razón. Él dijo, a propósito de El caballero oscuro, que no era creíble perder la cabeza por Maggie Gyllenhaal. Es cruel decirlo, pero es así. Y sin embargo, qué buena actriz es la chavala, ¿no? Seguramente los chinos la hubieran puesto a ella doblando a Jessica Alba o a Megan Fox.

Salgo de ver en el cine ese divertimento músico-vocal titulado Mamma Mia! (2008) y, tranquilos, no voy a hacer la crítica, pero esto me ha decidido por fin a escribir un post que tenía pendiente desde hace casi diez meses. Se trata de hablar en términos laudatorios de otra actriz no guapa, de hecho me resulta repulsiva (lo siento) pero que actuando es lo mejor desde el chicle. Me refiero a Meryl Streep, en mi humilde opinión la mejor actriz del mundo, si definimos actriz como una señora que cobra por hacernos creer que es otras personas. Y Meryl lo es, la hijaputa, es una persona diferente cada vez.

En Mamma Mia! la peli es ella, desde luego, y lo mejor no es su vis cómica, que no es una novedad, sino su expresión corporal (vale, aceptamos “baile”) y su manera de interpretar las canciones. No es Madonna, claro, -aunque deben andar por la misma edad- ni faltona que le hace. La buena señora ha tenido catorce nominaciones a los Oscars, habiendo ganado dos, y realmente me parece muy poco para esta especie de nueva Katherine Hepburn. Cuando se muera –Dios la conserve muchos años- ya veréis cómo todo será lloverle homenajes.


Como tampoco voy a escribir aquí su carrera sino solo a dar unos apuntes de mis vivencias con sus pelis, quisiera empezar en un orden autobiográfico, no cronológico. La primera vez que oí hablar de ella fue en Esta casa es una ruina (1986), en la cual una banda de rock travesti se había llamado como ella. Luego la he ido viendo en algunas películas y, sin ser fan suyo, debo decir que me ha dejado absolutamente fascinado. Creo que en Las horas (2002) me conquistó, haciendo de Clarissa Vaughan, esa nueva Sra. Dalloway. Su papel de ama de casa insatisfecha en Los puentes de Madison (1995) tampoco es manco, tanto que por una vez me hace soportable una peli de Clint Eastwood.

Si queremos liarla parda con sus dramones, capítulo aparte merecen Memorias de África (1985) –haciendo de la inaguantable esnob Karen Blixen-, La mujer del teniente francés (1981) donde interpretaba dos postmodernos papeles y, sobre todo, La decisión de Sophie (1982): amigos, eso sí que es llorar. Por esta ganó un Oscar, y creo que el otro fue por Kramer contra Kramer (1979) que confieso que no he visto, pero estoy deseando.


También sale por ahí en Manhattan (1979), en Julia (1977), en El cazador (1978), joder, si es que esta mujer lleva más de 30 años en el candelabro… No he visto algunas de sus películas más conocidas, ya digo, pero lo que he visto me basta para dedicarle tantísimos elogios. Lo que más me gusta es su versatilidad, la capacidad que tiene para hacerte creer en cada caso que es la persona que está interpretando. Ya puede ser un dramón sobre los nazis que una comediota de mucha risa. Cómo está ese papel en La muerte os sienta tan bien (1992), o esos más recientes en Secretos compartidos (2005) –la psicóloga/suegra- o El diablo viste de Prada (2006).

Esta última peli, con su impresionante papel de Miranda Priestley (el trasunto de la despótica directora de Vogue USA Anna Wintour) fue en realidad la que me sugirió la idea para este post, que hasta ahora no le he pagado a la señora Streep. Engáñenos más, por favor, hágase usted pasar por más gente.

sábado, 30 de agosto de 2008

Irlanda vs. Sicilia


Sin motivo aparente, vuelvo a la carga con la comparación de dos bonitas islas. Una de ellas es un país independiente desde hace menos de sesenta años, y ni siquiera la isla entera. La otra forma parte de un país mayor, de unos 140 años de antigüedad como tal. Hablemos.

Bandera. La de Irlanda es una copia de la de Italia, que a su vez fue calcada de la de Francia. Su simbolismo (el verde católico y el naranja protestante unidos -¿separados?- por el blanco de la paz) le hace ganar enteros. La de Sicilia, un triángulo rojo y otro amarillo sobre el que campa la Trinacria, emblema de la isla que simboliza su condición de bañada por tres mares diferentes (el Mediterráneo, el Tirreno y el Jónico: o sea, el Mediterráneo). Sin embargo, la Trinacria es una divertida figura con tres piernas, lo que concede a Sicilia la victoria en este apartado por un mínimo margen.


Geografía. Empate en población: poco más de cinco millones de almas en ambos casos. Irlanda es casi cuatro veces mayor que Sicilia, punto ahí, pero si hablamos de clima… Sicilia tiene clima Mediterráneo, muchísimo calor y pocas lluvias. Irlanda el Atlántico: lluvias, lluvias, nubes y fresquete. ¿Empate? No, claro, preferimos pasar calor.

Idioma. En Sicilia se habla una particular variedad de italiano, que es decir que se habla latín. En Irlanda se habla inglés (también dialectal) y una divertida lengua celta en la que el gobierno se empeña en poner todos los letreros: el gaélico irlandés. Por supuesto, el italiano es infinitamente superior al inglés, pero el hecho de tener Irlanda otra lengua minoritaria hace que en esta área declaremos el empate.


Gastronomía. Bebidas de referencia de Irlanda: la Guinness y el whisky. Ídem de Sicilia: horchata de almendra y vino de Marsala. Personalmente prefiero las sicilianas, pero las estadísticas les dan la razón abrumadoramente a los colegas irlandeses. Desayuno típico siciliano: brioches migados en granizada y bollería rebozada rellena de nocilla; desayuno irlandés: huevos, salchichas, bacon, tomate, champiñones, varios tipos de morcilla… Irlanda gana por goleada.

Para el resto de comida Irlanda nos ofrece su ternera, sus patatas, sus pies, sus scones (bollitos) y Sicilia su pez espada, sus pistachos, sus bocadillos de helado, su pasta (con berenjenas, con calabacines, con sardinas, con tinta de calamar), sus croquetas de arroz, sus cannoli (dulces típicos). Ni que decir tiene que punto para Sicilia.


Historia. Pueblos que han invadido Sicilia: cartagineses, griegos, romanos, bárbaros germanos, bizantinos, árabes, normandos, aragoneses, Borbones, liberales de Garibaldi, ejército Aliado (2ª Guerra Mundial). Pueblos que han invadido Irlanda: celtas, vikingos, normandos, ingleses, ingleses e ingleses otra vez. Simplificando a los normandos del siglo XII, nos queda que Sicilia ha sido invadida más veces y por gente más interesante. Y eso que haber sufrido el yugo inglés puntúa doble.

Sociedad. La Mafia y el IRA se simplifican y se cancelan mutuamente, a cuál más hijos de puta.


Cultura. Empate en religión, la favorita de ambas islas es la católica. Irlanda además presenta a varios santos de gran peso como San Patricio, San Borondón o San Kevin. Los santos sicilianos (como Santa Ágata o Santa Rosalía) son un poco de segunda fila, pero es de admirar que cada pueblo siciliano suela tener dos patrones, mejor que uno.

En cuanto a las artes… en Irlanda estuvieron los vikingos y en Sicilia los griegos y los romanos, lo cual ya debiera de por sí zanjar el debate. Está claro que el patrimonio siciliano (al que hay que sumar las obras de arte sículo-normando y barroco) deja en brajas cualquier aportación irlandesa. Sin embargo, parafraseando a El Nota de El Gran Lebowsky, la carrera artística de Sicilia ha ido “un poco lenta últimamente”, mientras que durante los últimos ochenta años los irlandeses se han esforzado muchísimo por dejar huella de su cultura nacional (inventada, como todas).


Literatura. Aquí la pluma debe rendirse sin dudarlo del lado irlandés. Pese a contar en su nómina con sinvergüenzas como James Joyce y terroristas asesinos como Brendan Behan, la literatura irlandesa ha dado al mundo media docena de nombres universales. En realidad, solo con Oscar Wilde bastaría para callar a cualquiera, pero a este debemos sumar a G. B. Shaw, a Jonathan Swift, a W. B. Yeats y a Samuel Beckett. Y a Bram Stoker, el autor de Drácula (1897). Sicilia también ha dado alguna lumbrera, como Luigi Pirandello o G. Tomasi di Lampedusa, pero no olvidemos que los sicilianos son responsables de infligir en el mundo gran parte de la ópera del siglo XIX. Novela de referencia irlandesa: Ulises (1922); ídem siciliana: El Gatopardo (1958). Gol del honor para Sicilia.

No sé, me sale un empate, ¿qué pensáis? A ver si va a resultar que, después de todo, Irlanda y Sicilia van a ser la misma cosa… si doblamos el mapa, claro.

viernes, 22 de agosto de 2008

Noche oscura del alma


“Jesús era negro, no, no, no, Jesús era Batman. No: ese era Bruce Wayne”.
-Black Grape


Cuando yo era chico, la admiración por Batman estaba bastante extendida. Una de las razones era su imperfección, su debilidad, en dos palabras: su humanidad. Entonces decíamos: “Batman mola porque no puede volar”.

Lamento comunicar que ahora Batman sí puede volar, vaya por delante la única crítica que se le puede hacer a la última peli de su nueva saga. Bueno, hay otra: su metraje. La cinta dura más de dos horas y media, y aunque no aburre en ningún momento, sí quería dejar constancia de este “defecto”, por aquello de ser imparcial. Porque todo lo demás que voy a decir sobre esta peli, amigos, va a ser positivo.

¿Peliculón? ¿“Obra maestra” –como se ha leído en cierta prensa? Yo qué sé, amigos. Lo único que sé es esto. Que va uno a ver la última de Batman, El caballero oscuro (2008), y a los treinta segundos ya está con el culo al borde del asiento. Y que esta sensación de pasmo (buena) no lo abandona a uno hasta que acaba la peli, con uno de los mejores finales de película de superhéroes que se hayan visto.


Madre mía, qué acción, que escenazas, qué peleas. En este caso, el encargado de liarla parda es el Joker, un personaje interpretado por el difunto Heath Ledger (y, bueno, sí, ya todo sabemos su historia, ¿no?). Confieso que yo soy mucho de Batman (1989) de Tim Burton, principalmente debido al papelón que hacía Jack Nicholson como malvado bufón de la baraja. Por eso esta peli con esta nueva encarnación del Joker me daba un poquito de aprensión, pero ya antes de ir a verla decidí que no las iba a comparar. Y es lo mejor, porque al final ambos Jokers no tienen nada que ver, el otro era un histrión, este un psicópata. Igual que en la primitiva el comisario Jim Gordon era Pat Hingle con papada y aquí es un enorme Gary Oldman con gafas de pasta.

Para el nuevo Joker solo tengo elogios, ya que es en sí, una creación. Nada se dice aquí de Jack Napier y de cómo pasa a convertirse en Joker, poco queda de su teatralidad, aunque su humor negro está muy bien captado. Es como si al personaje lo hubieran esquematizado, conservando su esencia (algo así como lo que pasaba con el Espantapájaros en Batman Begins, 2005). Hablando de Batman Begins, creo que esta entrega es in-fi-ni-ta-men-te superior, más espectacular, más interesante, y gracias a Dios nadie hace kung-fú.

Esto último no sé si será del agrado de la muchachada freak (de momento en mi sala de cine ya había unos diciendo “demasiada tecnología y demasiado pocas artes marciales”) pero sí del de un servidor. La verdad es que casi se agradece la ausencia de la gestación del personaje del Joker, porque así da lugar a ver la de otro carácter gigante: el Fiscal del Distrito Harvey Dent/ Dos Caras (Aaron Eckhart). Y tecnología, sí, la hay a raudales: batmóvil, batmotillo, traje nuevo, unas movidas con los teléfonos móviles… sin ser 007, el nuevo Batman posee un arsenal digno de su álter ego millonario. Ya lo dijo Jack Nicholson a propósito del Batman que fue Michael Keaton, “¿De dónde sacará esa maravilla de juguetes?”


Otros secundarios que lo hacen bien son Maggie Gylleenhal, Michael Caine y Morgan Freeman, casi nadie, ¿no? Y Batman, ya es sabido, lo hace Christian Bale, el niñito de El Imperio del sol (1987). En la peli hay mucha tela que cortar, y ya he dicho que un reprochillo que podría hacérsele es su excesiva duración. En realidad, El caballero oscuro hubiera dado para dos pelis, una sobre el Joker y la otra sobre Dos Caras, aparte de las historias personales de la evolución del propio Batman/Bruce Wayne. Tal vez la codicia de los productores haya hecho que se decidieran por un solo episodio donde había dos, pero no nos preocupemos porque esta peli lleva recaudados muchísimos trillones y deja a huevo una tercera parte.

En fin ¿qué más decir? Que vayáis a verla corriendo todos, y que cuando la hayáis visto repitáis conmigo a coro “Batman mola porque es oscuro”. (Aunque vuele).

jueves, 21 de agosto de 2008

Super Disco Chino


“Chinita tú, chinito yo”
(Miliki)

Lin Miaoke: Continúo tocando los aros a los fans de las Olimpiadas. Ayer surgió en los comentarios del blog el tema del divertido playback que nos cascaron los chinos durante la ceremonia inaugural de los Juegos. La pequeña y pizpireta Lin Miaoke, de 9 años, deleitó a entre uno y cuatro mil millones (según la fuente) de espectadores con su sublime interpretación de la canción “Oda a la madre patria”, tradicional canción patriótica china. Su carita angelical, su expresión, sus dienticos…

En realidad, el tema lo interpretó otra persona, una tal Yang Peiyi, de 7 años, y –según el Politburo- chino “no lo bastante guapa”. ¡Jí, jií, jí, jí! No vayáis a hacer ahora el chiste de que todos los chinos son iguales, que os conozco. La historia es que Yang Peiyi no daba tan buena imagen, al parecer, no era tan linda, tenía los dientes torcidos… Está claro que China o cualquier país tiene todo el derecho a dar la mejor imagen posible, pero bien podían haber hecho un casting que les satisficiera desde un principio, ¿no?

Lo basto del asunto –lo Estatuas Verdes del asunto- es que los organizadores de los Juegos hayan pretendido engañarnos como a (jí, jí, jí, jí…), y solo cuando alguien filtró la noticia han admitido el fraude. Y aún defienden lo hecho, ¿eh? Nada de avergonzarse ni pedir perdón. A ver, un playback no es un delito, ni un crimen, y sí, en el mundo del espectáculo (que es lo que son las Olimpiadas: lo siento, Grillo) estamos hartos de ver engaños, ilusiones ópticas, efectos de trampantojo… pero lo sabemos. Nadie pretende que el mago enmascarado de Antena 3 haga de verdad pasar un huevo a través de un muro.


Lo que molesta es que pongan a una niñita mona moviendo los labios, se escuche la voz de otra y no lo digan. Y además la cuelen a última hora (al parecer, siempre había figurado que en la ceremonia iba a actuar Yang Peiyi). Y que la impostora se infle en China a conceder entrevistas, a aparecer en anuncios, perpetuando el engaño. Cuando voy al cine, doy por sentado que lo que veo en la pantalla no ha ocurrido en la realidad. Cuando voy al teatro, me fuerzo a creer que cuatro tablas son el pueblo de Zalamea o un palacio de Verona. Se llama “suspensión voluntaria de la incredulidad”.

Pero cuando veo unos Juegos Olímpicos, donde un país muestra al mundo lo mejor de su cultura (por ejemplo, España lo hizo con Los Manolos), espero que lo que estoy viendo sea real, gracias. Lo mismo que espero que sea real el pavo negro que corre 100 metros en menos de diez segundos (¿verdad, Ben Johnson?).


Yang Peiyi: Hace diez años vi en La 2 una peli italiana de 1965 titulada Los complejos. Son varias historias, de gente acomplejada o no, y la mejor es la de “Guillermo el dentón”. Alberto Sordi interpreta a un aspirante a presentador del telediario sobradamente preparado pero con un ligero defecto de telegenia: su espantosa dentadura. El comité de selección intenta echarlo para atrás con pruebas imposibles: trabalenguas, exámenes de geografía bizarrísimos… pero al fin se rinden a la evidencia. Il Dentone es el mejor, y acaba presentando el telediario de la RAI, de Roma a Venecia, Pisa, Milán o Nápoles.

Hay multitud de ejemplos de playbacks desleales -el mejor es el de Cantando bajo la lluvia (1952), el último que se me viene a la memoria es uno de Hannah Montana (2007)-, siempre son desenmascarados. Lo bueno de Il Dentone es que su imagen “incorrecta” al final prevalece y se impone su puro talento. La propia RAI sacó en su telediario imágenes de Los complejos el pasado día 17 de agosto para ilustrar la noticia de las niñitas canoras, para descojonarse del ridículo.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Rusia = pupita


Hola de nuevo. Salgo de mi ensimismamiento olímpico (Olimpiadas: ese acontecimiento de luz y color y dizque deporte retransmitido en La 2 por Gomaespuma). Salgo para comentar algunos terribles acontecimientos.

No ha mucho que se hablaba aquí de militares rusos (bueno, soviéticos) y nos hacíamos eco de la falta de noticias de este agosto. Ojalá no nos hubiéramos quejado de tal. Los últimos días nos devuelven la imagen terrible de los monstruos de acero, ese verdadero icono blindado del siglo XX que algunos llaman carro de combate.

En esta ocasión, el objetivo de los bichos está en Georgia, república ex-soviética vecina de la Federación Rusa (república ex-soviética). No voy a entrar aquí ni a salir en explicar una guerra que yo mismo no termino de comprender. Baste decir que tiene su origen en la problemática disolución de la antigua URSS y en el ajedrez de poderes y contrapoderes que aquello provocó. Cuando creíamos que lo peor que le podía pasar a Rusia era perder influencia en el medallero (compárese la actual Federación con aquella Unión de Repúblicas del Osito Misha), ahora van y le están creciendo los enanos geopolíticos.


Rusia se resiste a perder su tutela en los Balcanes y en el Cáucaso, y se reserva el papel de gendarme (pobre) en estas sus regiones de influencia, con la aquiescencia o el sesteo de los USA y la Unión Europea. Ahora resulta que por el oeste también se la quieren colar: Polonia le acaba de meter un gol por la escuadra al firmar un pacto para montar un “escudo antimisiles” junto a los USA. Del Pacto de Varsovia al pacto de Varsovia (y el petróleo a 115 dólares/barril, ¡oiga!)..

Y mientras tanto, Rusia bate récords mundiales y es cabeza en el podium de millonarios, artículos de lujo y mafias, esos que hacían colas de horas por un mendrugo de pan. O como me dijo recientemente alguien que estuvo en Moscú: allí han pasado de la KGB a la ‘caja B’. El pasado 8 de agosto, tras el vuelo del atleta que encendió el pebetero y el playback de la niñita china, pudo verse a Vladimir Putin de pie en el estadio “Nido de pájaro” saludando orgulloso al equipo olímpico ruso, que desfilaba ante la tribuna.

A esas horas, la artillería rusa zumbaba en dirección a Georgia, encendiendo otro tipo de fuegos, y quienes desfilaban allí eran los más de 6.000 soldados y nosécuántos carros que componían la punta de lanza del ejército ruso. Luego, lo de siempre: muertos, heridos, muchísimos civiles, intentos de mediación de Sarkozy (¿cuándo hay boda sin la tía Juana?)… el verdadero “pájaro” de todo esto es Putin, y hago humor por desdramatizar, porque me parece atroz.


Los fuegos artificiales rusos y georgianos superaron a los chinos de la ceremonia inaugural de los Juegos (sobre todo porque la mayoría de estos últimos fueron en diferido o generados por ordenador, según hemos leído en prensa). ¿Habrá retirada rusa? ¿Habrá paz? ¿Mantendrá Georgia su integridad territorial? ¿Le importa a alguien que no viva en la zona? Hoy en El país venía una carta al director quejándose de que la cortina de humo del oropel no nos estaba dejando ver las atrocidades modernas. Pero qué dice usted, señora, si hoy hemos ganado una medalla de plata en natación sincronizada… y el oro para Rusia, claro.

jueves, 7 de agosto de 2008

Paellas a un euro


La noticia, amigos, parece ser que no hay noticias. Hoy lo escuchábamos más solemnizado en boca de Pilar Rubio, durante el Sé lo que hicisteis… “¡Entonces, Ángel, la falta de temas también puede ser un tema!” Un tema fabuloso, Pili.

Llevaba unos días pensando escribir un post en contra de la playa, munición no me falta (las típicas citas de canciones, de cómics…) e implicación emocional en el tema tampoco. Pero como parece ser que el raro soy yo y que la playa (ese sitio donde va la gente a apretujarse y a pasar calor... vale, ya paro) a la mayoría de la gente le parece maravillosa, pues eso, que me voy a privar. Pero las noticias del verano… hasta los que van a la orillita del mar se zambullen en ellas.

Para mí la noticia del día ha sido la aparición, en Avilés, de una cierta moneda de 1€ en cuya “cara” la efigie del Rey ha sido desfigurada para asemejarse al careto de Homer Simpson. Sabéis de lo que os estoy hablando, ¿no? La noticia en sí podría no haber pasado de un burdo fotomontaje de las páginas de El Jueves, pero al estar en agosto y ser auténtica la moneda (auténtica-falsa, se entiende), el hecho ha excitado la imaginación de los periodistas hasta límites insospechados. ¿Conspiración republicana?... La moneda todavía no es de curso legal en ningún país… y sandeces así.

El pavo al que se la han colado –un tendero de una tienda de chuches- aún se alegra de que haya caído en sus manos, que si no le pesa haber perdido un euro, que si su sobrino la colgó en Internet y a las pocas horas ya tenía 15.000 ofertas por ella… La moneda empieza así a tomar proporciones cuasimíticas, casi casi como las treinta de plata que dicen que Judas cobró por entregar a Cristo, o aquellas monedas anglosajonas de los poemas de Geoffrey Hill. El eurohomer y la falsa monea, aunque en este caso no va de mano en mano y sí hay alguno que se la quea.


Las noticias de este agosto están siendo riquísimas, de verdad, me ha costado seleccionar. Tomarse una copa en una terraza exclusiva a noventa metros de altura con vistas a la Giralda de Sevilla o al Barrio de las Letras de Madrid… unos padres de nosédónde se desayunan ahora con que tienen dos mellizos uno negro y otro blanco (cuatro años tienen ya las criaturas… ¿antes no eran noticia?)… con la crisis desciende la cuantía de las propinas… aumenta el número de gente que acude a empeñar sus joyas… en una playa de Fuengirola el ayuntamiento reparte cucuruchitos de cartón para que la gente no tire las cáscaras de pipas a la arena… Reírse, reírse, pero todas estas han sido noticias de “Titulares” en Antena 3, Cuatro o TVE1.

Pero la que más me ha tocado hoy el alma es la de la reaparición de “el paellero de Verano Azul [sic]”. Un tal Ayo, añejo paellero de la playa de Burriana, que al parecer se interpretaba a sí mismo en el capítulo de aquella gran serie titulado “Sancho Panza”. Verano Azul, no lo olvidemos, es una serie de 1981, que todos los años los medios nos hacen creer que se emite todos los años, en lo que constituye la mayor falacia desde lo de los esquimales y sus 100 palabras para la “nieve” (¿o eran 100.000?)

Realmente no sé cuántas veces la han repuesto (no he podido encontrar el dato: si alguien me lo proporciona se lo agradeceré) pero seguro que no son tantas como nos han hecho creer. Lo que sí que reponen todos los veranos son los clips con los chavales en bicicleta, la sintonía de los silbiditos (¡tiembla, Coronel Bogey!), el barco de Chanquete… y el comentarista de turno diciendo “¡Hay que ver: la ponen todos los veranos!”



Pero si de verdad os preocupa la acuciante falta de noticias, Estatuas Verdes os dice: non temades. Mañana comienza la noticia por antonomasia, la noticia de todas las noticias, la que genera información a raudales de donde no la hay. Me estoy refiriendo a las Olimpiadas, que llevan siendo noticia desde hace meses, lo serán cuando lleguen a celebrarse y también mucho después, ya veréis. Algunos dicen que mañana me voy de viaje: no es cierto. Lo que ocurre es que voy a estar tan concentradísimo siguiendo el desarrollo de Pekín 2008 que –como comprenderéis- no me va a dar lugar a escribir ningún post casi en un par de semanas. Pero tranquilos, que volveré antes de la ceremonia de clausura…

Memorias de un tanquista


(El Mariscal Porerrosski fue uno de los grandes militares soviéticos en la guerra contra la Alemania de Hitler de 1941-1945. Jovencísimo comandante, participó, entre otras operaciones, en la Batalla de Smolensko, la carrera por Kiev, la defensa de Moscú, el cerco de Stalingrado, la Batalla de Kursk, el cruce del Dnieper, la Operación Bagration, la Batalla de Varsovia o la caída final de Berlín. Sus móviles tropas blindadas fueron las primeras en penetrar en la región alemana de Prusia Oriental en el otoño de 1944. Sus acciones le valieron ser nombrado en dos ocasiones Héroe de la Unión Soviética, una Orden de Lenin, cuatro Órdenes de la Bandera Roja, dos Órdenes de Suvórov de Primer Grado, una Orden de Kutúzov de Primer Grado, una Orden de Bogdan Jmelnitzki de Primer Grado y numerosas, incontables, medallas. He aquí varios fragmentos de su libro de memorias, todavía inédito).

[22 de junio de 1941] Hoy hizo un excelente día para ir de pesca. Algunos camaradas del Estado Mayor del Frente y yo decidimos realizar una operación de captura de animales acuáticos mediante cañas, sedal y anzuelos. Todavía no nos habían llegado noticias de la traicionera invasión de los hitlerianos unas horas antes, la cual en absoluto nos cogió por sorpresa y para la que el eficiente Ejército Rojo (en nombre del Pueblo y del Partido) se encontraba absolutamente preparado. El comandante general Petardy volvió con un esturión y yo con cuatro truchas arco iris.

[25 de junio] A los occidentales les costaría muchísimo comprender las avanzadas técnicas rusas de entrenamiento y fomento de la camaradería, así como su exhaustiva preparación en tácticas de guerra moderna y motorizada. Los traicioneros hitlerianos vulneraron el pacto que teníamos con ellos e invadieron a la patria. En ningún momento ni uno solo de nuestros hombres flaqueó en el combate (ni en las marchas de 50 km al día de “repliegue defensivo”), y esto es debido a la inquebrantable determinación del soldado soviético. Nuestras tropas de infantería, artillería, caballería y tanques, hicieron todo lo que se esperaba de ellas, hasta el punto de que al acabar la primera semana habíamos hecho 14 prisioneros en nuestro sector.

Es cierto que en el mismo tiempo los hitlerianos habían capturado a 80.000 de nuestros valerosos soldados, pero eso solo pone de manifiesto una vez más su cobardía y nuestra absoluta determinación de victoria en esta gran guerra patria.


[5 de julio] Continúan nuestras victorias en todos los Frentes. O eso espero, puesto que hace más de dos semanas que los camaradas del Estado Mayor no tienen a bien informarnos sobre posición del enemigo, efectivos disponibles, suministros ni nada. Sin duda debe tratarse de una nueva estrategia superior de guerra moderna imposible de comprender por americanos, británicos o japoneses, como fue la de concentrar toda nuestra aviación en aeródromos cerca de la frontera para que fuese aniquilada durante los dos primeros días de la guerra. Otro menos comunista que yo hubiese pensado que se trató de una mala decisión, pero no me corresponde a mí ser crítico y derrotista.


[1 de octubre] Camaradas, la victoria final cada día está más cerca. El Estado Mayor del Ejército ha diseñado un inteligente plan mediante el cual vamos a fingir estar derrotados y a punto de entregar Moscú solo para acto seguido asestar un golpe decisivo a la bestia fascista. El plan incluye dejar que los hitlerianos, con su traidora aviación y sus traidoras unidades motorizadas, destruyan nuestros viejos carros T-26 y BT, capturen a medio millón de soldados y conquisten un millón y medio de kilómetros cuadrados de suelo patrio, para dejar que se confíen.

[18 de octubre de 1944] Sin lugar a dudas, lo mejor que le ha podido pasar al Ejército Rojo es que todos los oficiales al mando debamos rendir cuentas a un Comisario Político. ¡Hasta qué punto agiliza esto las decisiones de mando! Los hitlerianos carecen de esta figura en su traidor ejército, y por eso están perdiendo la guerra. Gracias al heroico trabajo del pueblo, el ejército se perfecciona con nuevo armamento y material de guerra. El pueblo entero arde en deseos de alcanzar cuanto antes la victoria sobre el odiado enemigo. Los ciudadanos soviéticos saben que ese momento se aproxima cada vez más.

[25 de octubre] ¡Con qué alegría nos recibe la población civil de la región de Prusia Oriental! Nos tratan como los libertadores que somos, y no hay localidad o granja en la que sus hombres no salgan a saludar al comunismo, sus mujeres no se echen voluntariamente en los brazos de nuestros apuestos y valientes soldados. Los oficiales se ven colmados por una lluvia de regalos que resulta impropia para un valeroso y cumplidor mando comunista, pero, ¿cómo rechazarlos cuando nos son entregados con tanta alegría y de un modo tan voluntario y sin usar nunca la fuerza? El otro día dos señoras prácticamente me suplicaron que me llevara todas las pertenencias de su hogar, incluyendo la vajilla antigua, cubertería de plata, cuadros, joyas, muebles de valor…

A regañadientes acepté, y después aún querían que su hija se divirtiese jugando a los médicos con los valientes hombres de una compañía de transmisiones.


[1 de mayo de 1945] En estos momentos en que la ansiada victoria final sobre los hitlerianos está tan cerca, me vienen a la mente las inspiradoras y acertadísimas palabras que hace cuatro años me dirigió nuestro apuesto y valiente líder, Iosif Stalin. En aquella ocasión, nuestro líder habló de la vocación de sacrificio a la patria, y de que los alemanes son malos, malos, malos. Qué gran razón tenía, y qué bien combina los colores de su atuendo (siempre dentro de la apropiada austeridad comunista, al servicio del pueblo). Y además qué guapo es y además le huele el aliento a rosas.
 
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